Cuando llegue con Paty literalmente tenía el corazón hecho pedazos, era tanto el dolor que no tenía ni la fuerza ni el valor para recoger los pedazos de mi corazón.

Atravesar mi propio desierto, enfrentarme a mi propia sombra y despedir ciertos fantasmas del pasado, no lo hubiera logrado sin el acompañamiento de Paty, su dulzura y ternura me regreso la esperanza de encontrar compasión en las personas.

Hubo momentos de mucha soledad e introspección, en donde con su calidez humana pude parar el llanto y replantearme la situación y lograr avanzar y así salir del mal momento que he estado lidiando. Tenerla disponible para preguntas y respuestas hizo más fácil mi proceso. Gracias Paty porque pensé que nunca más iba a volver a sonreír y a sentir que latiera mi corazón, sé que con tu guía me hiciste ver lo fuerte que soy y que no todas las personas son iguales. Cada día lo importante es ser una mejor versión de mi misma. En este proceso de sanar mi corazón, tenía que sanar ciertas heridas de mi niña interior, conocerla y conquistarla.

"Volverme a ver a mi misma con alegría y con aceptación, sigo en ese proceso pero afortunadamente esos días de llanto desmedido cedieron y ahora estoy enfocada en mi crecimiento."

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Estefanie - México